El auge del uso de smartphones, tabletas y todos los dispositivos que actualmente permiten la conexión a internet desde casi cualquier sitio y circunstancia, gracias a las tecnologías wifi y 3G, está creando nuevas necesidades y demandas.
Según diversas fuentes, más del 70% de los usuarios de teléfonos móviles de última generación están ya apostando por acceder a internet siempre por wifi y emplean el 3G únicamente en casos muy concretos y si no poseen el otro tipo de conexión.
Entre las razones más destacadas de esta elección se encuentra el ancho de banda superior que permite navegar con mayor rapidez, una mayor estabilidad y una mejor cobertura. Sin embargo, y aunque cada vez se intenta prestar más atención al cuidado de este aspecto, los accesos wifi abiertos pueden ser bastante inseguros y facilitar el acceso de los ciberdelincuentes a todos los dispositivos.
Por ello, la organización Wi-Fi Alliance ha conseguido diseñar un protocolo gracias al cual es posible aplicar un sistema de cifrado –basado en el sistema WPA- más evolucionado y seguro a estas redes abiertas.
Este sistema, que recibe el nombre de Passpoint, busca crear, a través de los puntos de acceso, una gran red wifi a la que puedan conectarse todos los usuarios de telefonía que lo deseen sin que haya ningún riesgo.
Así se pretende que, por una parte, no se pierda ancho de banda cuando se pase de una zona a otra con peor alcance y, por otra, que las redes 3G y 4G se colapsen con menor frecuencia de lo que lo suelen hacer.
Para que funcione es requisito imprescindible que todos los puntos de acceso posean el mismo protocolo de seguridad –de ahí que el sistema se base en WPA- y con la capacidad correspondiente de identificar el móvil en cuestión como un terminal que posea el permiso de acceso certificado por la Wi-Fi Alliance.
Estos accesos se realizarán de forma cifrada y completamente segura para que, aunque haya un gran número de aparatos accediendo al mismo punto, ninguno viole la comunicación privada que el usuario establece con Passpoint.
Actualmente este proyecto se encuentra aún en sus fases de desarrollo dado que los operadores están centrados en investigar otro tipo de tecnologías. Pero el interés de la Comisión Europea en eliminar lo antes posible el roaming de datos en el territorio de la Unión podría desviar de nuevo la atención íntegra de los fabricantes hacia este protocolo.
No en vano supondría crear un espacio común de telecomunicaciones en el que saldrían beneficiados tanto los usuarios como los propios operadores –podrían reducir la inversión que realizan en antenas y, al mismo tiempo, prestarían un mejor servicio-.
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